Te recomendamos: Congelación de Óvulos en Barcelona a un precio desde 2.700€
Si quieres ser mamá en el futuro, asegura tu maternidad con la Congelación de Óvulos. Indicada en mujeres que deben someterse a tratamientos médicos que pueden afectar a la función ovárica.
La vitrificación es una congelación de los óvulos de una mujer que desea preservarlos para realizar una Fecundación in Vitro (FIV) posterior, con el fin de que se conserven el mayor tiempo posible en las mejores condiciones. A pesar de que el tratamiento también se conoce por congelación de óvulos, la vitrificación es un proceso en el que el descenso de temperatura en la que se ven inmersos los óvulos es inmediato.
Los óvulos son células con un interior, el plasma, de sustancias en estado líquido. Si su congelación es lenta, se formarán cristales de líquido plasmático que pueden romper las paredes celulares y estropear el óvulo. En cambio, cuando se hace de forma inmediata, generalmente con nitrógeno líquido a temperaturas cercanas a los -200ºC, el plasma lo que hace es vitrificarse de modo uniforme. Es decir, en un solo cristal sin aristas. De este modo cuando se descongela, la célula vuelve a ser viable.
Es un tratamiento muy sencillo y a penas invasivo que se realiza en dos fases. La primera fase es la estimulación ovárica, en la que se estimula al ovario mediante medicamentos hormonales, que se administran por inyecciones subcutáneas para que produzca más óvulos de los normales en un solo periodo. El objetivo es que genere entre diez y veinte óvulos para que puedan después ser recolectados. El tipo de medicamentos usados y las dosis dependerán de la edad, de la paciente, el estado de sus ovarios y otras circunstancias que considere el médico.
El tratamiento se combina con controles durante 15 días en que se realizan análisis y ecografías para ver la evolución de la estimulación. El tratamiento puede provocar en algunos casos retención de líquidos temporal y dolores abdominales por causa de una hiperestimulación; precisamente los controles se establecen para prevenir los efectos adversos.
En una segunda fase, al cabo de quince días desde el inicio de la estimulación, se lleva a cabo la aspiración de los ovarios. Es un proceso ambulatorio, sin más efectos que el de la anestesia local, en el que por vía vaginal se penetra hasta las trompas para aspirar los óvulos liberados en la ovulación. El objetivo es conseguir más de nueve, que una vez recogidos son individualizados y trasladados en probetas a las cámaras de nitrógeno líquido. Antes se comprueba que presenten un buen estado.
Los óvulos vitrificados permanecen congelados tanto tiempo como la paciente lo necesite. Se guardan en nitrógeno líquido y normalmente el pago del tratamiento implica unos años preventivos de mantenimiento, a negociar. Después se paga una cuota anual para mantenerlos en este estado hasta que se necesiten o se decida desecharlos.
Los óvulos vitrificados se descongelan y se analiza su viabilidad para un proceso de FIV. Lo normal es que se les aplique en probetas semen de la pareja donante para producir una fecundación in vitro. No se descongelan todos de golpe, sino a medida que se van necesitando, en función del porcentaje de éxito de la FIV o bien si se requieren para otra FIV posterior.
Hay diversas situaciones en las que la vitrificación de los óvulos puede ser una muy buena solución. La principal es el tener que enfrentarse a un tratamiento para luchar contra un cáncer por radioterapia o quimioterapia que pueda afectar a la estabilidad genética de los ovarios. Esto es, que haya un alto peligro de que la paciente quede estéril o que el riesgo de óvulos capaces de dar fetos con taras genéticas sea alto.
En tales casos, la vitrificación antes del tratamiento es aconsejable y preserva completamente los óvulos congelados de cualquier alteración. Posteriormente, cuando la paciente haya superado su enfermedad, si desea ser madre podría serlo dentro de las probabilidades normales sin riesgos añadidos aunque sus ovarios hayan quedado afectados.
Otra situación en la que la vitrificación ovárica es una buena solución son los casos de detección a tumores en los ovarios a edades precoces, en los que la paciente todavía es capaz de generar óvulos sanos y viables. En tales casos, en los que se puede imponer una extirpación de ovarios, la vitrificación permitirá tener descendencia a pesar de la intervención.
Desde este supuesto principal, que es para lo que fue diseñada la vitrificación de óvulos, se han derivado otros tantos de origen social o profesional. Por ejemplo, en el caso de mujeres con una carrera profesional muy exigente que les obliga a posponer la maternidad hasta edades de riesgo, por encima de los 35 años, y deciden tempranamente congelar sus óvulos para poder tener la mejor calidad de los mismos cuando lleguen a esa edad.
A este respecto hay que tener en cuenta que tanto el número de óvulos que produce un ovario como su calidad, es limitada en el tiempo; la producción se inicia en la pubertad y termina en la menopausia. La reserva ovárica de una mujer está en torno a los 400.000 ovocitos, de los cuales no todos se convierten en óvulos; pero además a partir de los 30 años reducen progresivamente su calidad y viabilidad para dar fetos sanos. Es por ello que una congelación ovárica antes de dicha edad puede ser una buena idea.
El precio de un tratamiento de congelación de óvulos está en torno a los 2.500 y los 3.500 euros, en función del precio que fije cada médico, el tipo de medicamentos usados para la estimulación ovárica o si se ofrece como añadido un periodo de varios años de conservación de los óvulos. Lo mejor es consultar cada una de las ofertas y decidir cuál es la que más nos puede interesar. Hay que pensar que si los óvulos van a permanecer bastantes años congelados, habrá que pagar a la larga cuotas anuales de mantenimiento.